Amar a Harry, odiar a J.K.

<p class=»ue-c-article__paragraph»>Aunque el estreno de la serie de Harry Potter está previsto para 2026, sus responsables llevan ya meses avivando su fuego promocional. Mientras tanto, <strong>J.K. Rowling, creadora del niño mago, echa gasolina en otras hogueras</strong>. Encendió a muchos la publicación en X en la que la autora se mostraba en pose retadora celebrando <a href=»https://www.elmundo.es/internacional/2025/04/16/67ff7ca1fc6c836c4d8b4580.html» target=»_blank»>el fallo del Tribunal Supremo británico</a> que retiraba la condición de mujeres a las mujeres trans.</p>

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 Era pública la posición de Rowling sobre el movimiento trans, pero nunca la había exhibido de manera tan soberbia. ¿Afectará esto a la serie de Harry Potter que prepara HBO Max?  

Aunque el estreno de la serie de Harry Potter está previsto para 2026, sus responsables llevan ya meses avivando su fuego promocional. Mientras tanto, J.K. Rowling, creadora del niño mago, echa gasolina en otras hogueras. Encendió a muchos la publicación en X en la que la autora se mostraba en pose retadora celebrando el fallo del Tribunal Supremo británico que retiraba la condición de mujeres a las mujeres trans.

Era pública la posición de Rowling en ese tema, pero nunca la había exhibido de manera tan soberbia, citando nada menos que una frase de El equipo A, en un yate y con un puro. ¿Podría haber referenciado una serie menos misógina en su post? Por supuesto. ¿Podría haber elegido un decorado menos elitista? También. Pero eso no habría levantado tantas ampollas. J.K. Rowling no juega con fuego, J.K. Rowling es el fuego.

No tengo pruebas pero tampoco dudas de que HBO Max, plataforma que produce y emitirá la nueva serie de Harry Potter, calibra diariamente el efecto promocional, más en contra que a favor, que puede tener la presencia mediática de J.K. Rowling. Sin embargo, la potencia de Harry Potter es todavía muy superior a la antipatía que genera su autora en muchos fans. Estos, la mayoría millennials o más jóvenes, viven hoy en primera persona la contradicción que les afeaban a sus hermanos mayores: la separación entre obra y autor. Las mismas voces que exigían radicalidad con (contra) las obras de Roman Polanski o Picasso ahora mendigan matices que les permitan adorar a Harry y despreciar a Joanne Kathleen.

La serie de Harry Potter será un éxito, estoy seguro. Vaticino también infinidad de artículos defendiendo simultáneamente su disfrute y la cancelación de Rowling. Algunos tirarán del entrañable y penoso no-argumento de que realmente Harry Potter ya no le pertenece a ella, sino a los millones de lectores y espectadores de la saga. Paparruchas.

Quien no se consuela es porque no quiere. Y quien no entiende que vivimos en un mundo contradictorio y complejo es porque ha decidido instalarse en la simpleza y la cerrazón. Así describiría yo ciertas posiciones de J.K. Su fama y su fortuna no solo las amplifican, sino que les aportan combustible real para conseguir cosas como el polémico fallo del Supremo británico. ¿Afectará esto a la serie de Harry Potter? No. Los fans la verán en sus casas, entusiasmados y contrariados al tiempo. Algunos dirán que, por principios, ni la han visto ni piensan hacerlo. Mentirán. Separar autor y obra es fácil si sabes cómo. Pero no sabrás cómo hasta que no te veas obligado a hacerlo. Polanski es un monstruo; Chinatown, una maravilla.

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