<p>Es difícil que los <a href=»https://www.elmundo.es/cultura/premios-oscar/2025/03/03/67c514c2e9cf4a745f8b456e.html»><strong>premios Oscar</strong></a> no resulten una píldora difícil de digerir. <strong>Conan O’Brien</strong>, lo mejor de la gala con diferencia, lo intentó con sus golpes de humor y estuvo cerca de conseguirlo. Firmó un debut como presentador para el recuerdo con un monólogo sensacional y constantes ocurrencias que hicieron el tradicional reparto de premios algo más llevadero. <strong>Hasta se trajo a Adam Sandler vestido de jugador de básket callejero para dar la nota</strong>. Pero la gala terminó dejando un desagradable sabor a indiferencia. Ni la Academia de Hollywood se volcó en exceso con los afectados por los recientes incendios en California, ni hubo discursos para el recuerdo, incluso con Donald Trump en la Casa Blanca desde hace un mes haciendo de las suyas.</p>
El presentador, que hizo varias bromas sobre Karla Sofía Gascón y Antonio Banderas, fue lo más divertido en un espectáculo largo, previsible y sin demasiada sustancia
Es difícil que los premios Oscar no resulten una píldora difícil de digerir. Conan O’Brien, lo mejor de la gala con diferencia, lo intentó con sus golpes de humor y estuvo cerca de conseguirlo. Firmó un debut como presentador para el recuerdo con un monólogo sensacional y constantes ocurrencias que hicieron el tradicional reparto de premios algo más llevadero. Hasta se trajo a Adam Sandler vestido de jugador de básket callejero para dar la nota. Pero la gala terminó dejando un desagradable sabor a indiferencia. Ni la Academia de Hollywood se volcó en exceso con los afectados por los recientes incendios en California, ni hubo discursos para el recuerdo, incluso con Donald Trump en la Casa Blanca desde hace un mes haciendo de las suyas.
Tampoco fue una ceremonia especialmente amena ni emocionante. Ya había transcurrido una hora de retransmisión y tan solo se habían entregado cuatro de los 23 Oscar previstos. Tan solo el triunfo indiscutible de Anorafue animando un poco la gala en sus últimos compases. La sorpresa de Mikey Madison como mejor actriz por delante de la gran favorita, Demi Moore, dará mucho de qué hablar en los próximos días.
Sí hubo tiempo para reaccionar y hacerle un merecido homenaje a Gene Hackman, cuyo cuerpo apareció junto a su mujer el pasado miércoles en su casa de nuevo México. Morgan Feeeman, su compañero de reparto en Sin perdón, recordó a Hackman cómo «se ganó el corazón de amantes de películas por todo el mundo. Descansa en paz, amigo».
Quedó claro desde un principio que los productores de la gala querían alterar un tanto el curso de las cosas. Arrancó la Academia con un guiño al público más joven, desesperada por revivir los languidecientes números de audiencia televisiva. En lugar del clásico monólogo del presentador tiró de Ariana Grande interpretando Over the Rainbow del universo de El mago de Oz, con un vestido rojo en homenaje a los zapatos de rubíes rojos de Dorothy. Poco después la acompañó en el escenario Cynthia Erivo, interpretando Home y The Wiz con una potencia de voz descomunal.
De fondo, un homenaje a una ciudad golpeada por los recientes incendios en enero que acabaron con la vida de 29 personas y calcinaron más de 18.000 estructuras, con presencia del cuerpo de bomberos y policía sobre el escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles y una mención del CEO de la Academia. Pero el humor se acabó imponiendo al drama y al protocolo, especialmente porque O’Brien optó por pasárselo bien y hacer la gala más llevadera. La crítica especializada se lo agradeció poco después.
Se mofó a gusto del personal y de sí mismo durante toda la noche, en uno de los mejores monólogos de los últimos años. Hasta el asunto espinoso de la velada lo manejó con elegancia y acierto: los tuits de tinte racista de Karla Sofía Gascón. A la actriz española nominada a mejor actriz le dedicó un par de lindezas que la de Alcobendas aguantó con estoicismo desde su asiento.
«En Anora se usa la palabra joder 479 veces», dijo el presentador de su late night show. «Esas son tres más que el nuevo récord establecido por el publicista de Karla Sofía Gascón«. Después le recordó que si vuelve a mandar otro tuit sobre los Oscar que no se olvide de su nombre: «Jimmy Kimmel».
También incluyó en su repertorio a otro español, Antonio Banderas, recordando su papel en Babygirl como el de un hombre que es incapaz de lograr que su mujer tenga un orgasmo, «el papel más duro que ha tenido Banderas en toda su carrera». Y para el que incluso se postuló el mismo
Se burló además de la propia Academia y de la gala, al garantizar que manejaría la retransmisión como un reloj y sin perder tiempo, antes de presentar un número musical haciendo precisamente eso: perder miserablemente el tiempo. De sí mismo dijo que era un hombre que había visto la gala «cuatro veces» en su vida. «No importa si se están riendo de los chistes o no. No me pagan demasiado».
Hubo que esperar más de hora y media para que asomara un atisbo de picante en los discursos. Lo de Zoe Saldaña fue más un guiño que una crítica directa a las políticas de Trump en la frontera. La ganadora del Oscar a mejor actriz secundaria dijo entre lágrimas estar «orgullosa de ser la hija de padres inmigrantes», despertando los aplausos del público en el Dolby Theatre, y sacando pecho por ser la primera actriz de origen dominicano en ganar un Oscar. Sin más.
Mucho más duro fue la intervención de Basel Adra, uno de los directores del documental No Other Landsobre las atrocidades del ejército israelí en la franja de Gaza. Habló de «limpieza étnica» antes de que el israelí Yuval Abraham, otro de los autores del filme, hablara de la vía hacia la paz que está ayudando a bloquear la actual administración del presidente Trump, «de una solución política sin supremacía étnica».
Una leyenda como Mick Jagger fue el elegido para entregar el Oscar como mejor canción a El mal, el tema interpretado por Zoe Saldaña y Karla Sofía Gascón en Emilia Pérez. Además de Conan O’Brien, Clement Ducol, uno de los compositores, fue el único que se acordó de mencionar a Gascón. Fue una noche discreta para ella.
Cultura