<p>»Pues acabamos con esto, un poco de buen rollito. Quien esté tieso que se destense y punto pelota. Unas palmas al final que la canción da para palmas». Esas fueron las primeras palabras que sobre el improvisado escenario del Museo Reina Sofía de Madrid enunciaba Jimena Amarillo. Ella era la artista elegida para reinterpretar el clásico de Jarcha <i>Libertad sin ira </i>en <a href=»https://www.elmundo.es/espana/2025/01/08/677e6618e4d4d8266e8b45a8.html»>el primer acto de <i>50 años de España en libertad,</i></a> el ciclo político que ha preparado el Gobierno de la Nación para conmemorar los 50 años de la muerte de Franco.</p>
La valenciana, de 23 años, reinterpretó ayer el clásico de Jarcha en Museo Reina Sofía de Madrid
«Pues acabamos con esto, un poco de buen rollito. Quien esté tieso que se destense y punto pelota. Unas palmas al final que la canción da para palmas». Esas fueron las primeras palabras que sobre el improvisado escenario del Museo Reina Sofía de Madrid enunciaba Jimena Amarillo. Ella era la artista elegida para reinterpretar el clásico de Jarcha Libertad sin ira en el primer acto de 50 años de España en libertad, el ciclo político que ha preparado el Gobierno de la Nación para conmemorar los 50 años de la muerte de Franco.
Y, ahora, la pregunta: ¿quién es Jimena Amarillo? ¿quién es esa muchacha con corte casi mohicano que posaba junto a un sonriente Pedro Sánchez? ¿quién es esa cantante que se atrevió a pasar por el autotune un himno con casi 50 años de historia? Pues una chavala valenciana de 23 años con casi medio millón de oyentes mensuales en Spotify y que se ha convertido en un referente en la comunidad LGTBI. Porque, atendiendo a sus propias palabras, ella hace «música para lesbianas» o «cantos lesbianos».
Pero hay mucho más. Porque la formación académica de la artista empieza con cinco años vinculada al violín. No en el conservatorio, sino en una escuela de música donde se aprendía de oído. Y de ahí a la guitarra -aprendida también de forma autodidacta-, al Bachiller artístico, a una FP de Sonido e inevitablemente a hacer versiones en Youtube, puerta de entrada a la música para parte de su generación, para una novia suya que cantaba. Cuando lo dejaron, como ya no tenía vocalista puso ella la voz. Eran los años del indie, de cantar Dorian e Izal, y de empezar a componer sus primeras canciones.
Y, casi por casualidad, conoció a Pau Roca, guitarrista La Habitación Roja, que la puso en contacto con su propia discográfica -Mushroom Pillow- que la acabó incluyendo en su nómina de artistas junto a Columpio Asesino o Triángulo de Amor Bizarro. Fichaje de éxito para el sello porque la artista valenciana se ha convertido ya en su artista con mayor número de oyentes en streaming, impulsada especialmente a partir de la pandemia. «A mí la pandemia no me hizo nada, yo soy un coñazo desde que empecé a hacer covers de grupos indies, pero ese tiempo me sirvió para encontrar mi sonido», reconocía ella misma en una conversación con Ariel Rot en el programa de TVE Un país para escucharlo.
De esa etapa surgen temas como Cafeliko, incluido en su primer álbum Cómo decirte, mi amor, y que le ha valido su primer Disco de Oro. Ahí están además buena parte de los sonidos característicos de la artista valenciana -ese indie pop mezclado con tintes de rap, base electrónica y buena dosis de autotune– y también de su mensaje -declaraciones de amor directas y explícitas-. Esos que han encandilado desde C. Tangana que la incluyó como una de sus artistas predilectas al ex seleccionador nacional Luis Enrique. El ahora técnico del PSG la incluyó también como una de sus favoritas en uno de sus directos de Twitch del Mundial de Catar.
Además Amarillo acumula con apenas 23 años tres álbumes -el ya citado Cómo decirte, mi amor, Mientras ando y La pena no es cómoda– y prepara un cuarto para este 2025. Un año que en apenas ocho días ya ha dejado la primera imagen de la artista valenciana: su actuación en el acto gubernamental para celebrar la muerte de Franco, su versión de Libertad sin ira y su posado junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Porque su condición política nunca ha estado oculta. «Realmente creo que todos los cantantes queer estamos cagados porque no vamos a poder decir nada. Si el Gobierno se convierte en lo que no queremos que se convierta, vamos a estar cogidos por el cuello. En mi caso, tengo unas letras muy explícitas. De primeras pensamos que son tonterías y que no nos van a censurar, pero ya hemos visto cómo lo han hecho con la obra de teatro en Paco Becerra. La verdad es que tenemos miedo», aseguraba en una entrevista con este diario en agosto de 2023.
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