Jorge Fernández Díaz gana el Premio Nadal

<p><i>Mamá </i>ha sido su obra cumbre, la más íntima, con más de 100.000 ejemplares vendidos. Pero en nombre del padre, el escritor y periodista argentino <strong>Jorge Fernández Díaz</strong> (no confundir con el ex ministro del PP) ha ganado el Premio Nadal por <i>El secreto de Marcial,</i> una novela de «ficción familiar» que se adentra en el enigma paterno y que Destino publicará el próximo 5 de febrero. El galardón con más solera de las letras españolas, <strong>dotado con 30.000 </strong>euros y que se entrega el día de Reyes como broche de las fiestas navideñas, ha premiado esta «bella y dolorosa historia de un escritor que necesita entender quién fue su padre, Marcial Fernández, años después de su muerte». Una aventura sobre la búsqueda de las raíces propias, con toques de suspense, que se ha impuesto a otros 768 manuscritos.</p>

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 Veinte años después de su aclamada ‘Mamá’, el periodista regresa a sus raíces para descubrir los enigmas de su padre y homenajear a los migrantes españoles de la posguerra  

Mamá ha sido su obra cumbre, la más íntima, con más de 100.000 ejemplares vendidos. Pero en nombre del padre, el escritor y periodista argentino Jorge Fernández Díaz (no confundir con el ex ministro del PP) ha ganado el Premio Nadal por El secreto de Marcial, una novela de «ficción familiar» que se adentra en el enigma paterno y que Destino publicará el próximo 5 de febrero. El galardón con más solera de las letras españolas, dotado con 30.000 euros y que se entrega el día de Reyes como broche de las fiestas navideñas, ha premiado esta «bella y dolorosa historia de un escritor que necesita entender quién fue su padre, Marcial Fernández, años después de su muerte». Una aventura sobre la búsqueda de las raíces propias, con toques de suspense, que se ha impuesto a otros 768 manuscritos.

Ambientada entre Asturias y Buenos Aires, desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, El secreto de Marcial es prácticamente una continuación de Mamá, una historia íntima, la odisea de una adolescente asturiana, de tan solo 15 años, que emigró a Argentina durante la dura posguerra española. Publicada en 2002 en Latinoamérica y reeditada en España en 2019 por Alfaguara, Mamá fue un éxito de público y crítica, «una de las cartas de amor más bonitas que un hijo puede escribir a su madre», el periplo de una mujer -anónima como tantas otras- que hacía llorar a su psiquiatra cuando se la contaba en la consulta. «Hace 21 años escribí una novela verídica sobre mi madre Carmina, su inmigración y su desgarro. Mi padre era un capítulo de esa novela, un personaje secundario. También en nuestras vidas. Era una persona hermética que decidía envolverse en cinismo, que no estaba presente», ha explicado Fernández Díaz al recibir el galardón.

En los últimos lustros, Fernández Díaz nos ha acostumbrado a la novela negra, con la saga policíaca del agente Remil, que inició en 2015 con El puñal (Destino), aunque en 2024 dio un giro con Cora (Planeta), protagonizada por una detective privada especializada en infidelidades, una reina de corazones. Pero por ahora ha aparcado el género negrocriminal para volver a la familia y adentrarse en la relación a menudo espinosa de un padre y un hijo. Porque El secreto de Marcial promete seguir la misma línea de Mamá, otro «homenaje a los sufridos migrantes españoles», como señala el jurado compuesto por los escritores Inés Martín Rodrigo, Care Santos, Lorenzo Silva y Andrés Trapiello, además del poeta y editor Emili Rosales.

«Madre hay una sola pero todo padre es un enigma y yo decidí resolverlo», ha destacado el escritor. «Mi padre murió en 2005 y desde entonces me ronda el fantasma literario de cómo escribir sobre mi él. Y lo he hecho tratando de explicar a todos los padres, los conflictos, malentendidos y dolores que se producen en ese vínculo paterno filial», ha añadido.

En 2024, el Nadal ya tuvo tintes negros con César Pérez Gellida, que ganó con un thriller rural ambientado en Extremadura, Bajo tierra seca. Si el año pasado el premio cumplía 80 años con un homenaje a su primera ganadora, la gran Carmen Laforet y su mítica novela Nada, esta noche el recuerdo en la tradicional ceremonia del Hotel Palace de Barcelona, el antiguo Ritz, ha sido para otra autora inmortal de las letras españolas, Ana María Matute, de quien se celebra el centenario de su nacimiento.

Con solo 34 años, Matute ya había ganado el recién estrenado Planeta -en 1954, su tercera edición, con Pequeño teatro– y en 1959 se hacía con el Nadal con Primera memoria, el inicio de la trilogía Los mercaderes que culminaría una década después con la fascinante La trampa. Como pistoletazo de salida del centenario Matute, esta semana Destino lanza una reedición especial de Primera memoria, uno de los libros más olvidados de la escritora y, sin embargo, aclamado como uno de los mejores hace décadas.

En la versión catalana del Nadal, el Premio Josep Pla, dotado con 10.000 euros y que se entrega desde 1968, cuando lo ganó un joven Terenci Moix por Onades sobre una roca deserta (Olas sobre una roca desierta), ha sorprendido un ensayo como ganador: L’art de ser humans (El arte de ser humanos) del científico y divulgador David Bueno.

Doctor en Biología y profesor de Genética en la Universidad de Barcelona (donde dirige la cátedra de Neuroeducación), Bueno ha publicado varios libros que acercan la neurociencia al gran público, desde El arte de persistir hasta El cerebro del adolescente (que ya va por su sexta edición).

En L’art de ser humans, el biólogo traza «un viaje fascinante a través de las artes, la neurociencia y la educación», apunta el jurado. No es nada habitual que un ensayo -y menos científico- se imponga en el Josep Pla: hay que remontarse a 2016 cuando el veterano periodista Lluís Foix se lo llevó por sus memorias. Pero el curso literario de este 2025 empieza con papá, Ana María Matute y neurociencia.

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