La curiosa historia del fracaso de la sonda Mars Climate Orbiter: un error de cálculo que costó 125 millones

El fracaso de la misión Mars Climate Orbiter cumple 25 años. El 23 de septiembre de 1999, tras casi 10 meses de trayecto hacia su destino, los ingenieros de la NASA trabajaban desde la Tierra en colocar la sonda en la órbita marciana. Sin embargo, todo salió mal y terminó colisionando contra la superficie del planeta rojo.

El problema se debió a un error humano, ya que uno de los proveedores del proyecto no realizó la conversión del sistema imperial a sistema métrico. Esto supuso una pérdida de 125 millones de dólares, que es lo que había costado la misión, y se convirtió en uno de los grandes fracasos de la NASA, enseñando que, incluso las verificaciones más pequeñas, aunque parezcan insignificantes, pueden ser decisivas.

Muchos rumores afirman que el fallo se debió a una equivocación en el cálculo de conversión, sin embargo, la realidad fue que parte del diseño del proyecto tuvo en cuenta el Sistema Imperial y, otra parte, el Sistema Internacional. Es esa época, la NASA ya usaba el Sistema Internacional, que es al que recurre toda la comunidad científica, sin embargo, en Estados Unidos en general se seguía empleando el Sistema Imperial, por lo que Mars Climate Orbite utilizó ambos sin saberlo.

La NASA no trabaja sola. Tiende a contar con proveedores que producen algunas piezas, componentes y otra tecnología que, posteriormente, utilizan en sus sondas. Generalmente, la agencia exigía a las empresas que convirtiesen las mediciones del Sistema Imperial al Internacional, pero Lockheed Martin optó por no hacerlo, algo que terminó saliéndole muy caro a la misión.

En concreto, Lockheed Martin se encargaba de una de las piezas de software. El fabricante operaba y enviaba los resultados de su componente en libra como unidad de fuerza, mientras que el sistema de la NASA estaba diseñado para recoger dichos datos como si se tratasen de Newton. Como en ningún momento se comunicó que no se estaba haciendo la conversión, el futuro de Mars Climate Orbiter se estaba saboteando sin saberlo desde el principio.

El sistema de Lockheed Martin calculaba el impulso que tenía que coger Mars Climate Orbiter cada vez que encendían los motores en libras. Esa información se enviaba a la Tierra y, desde el centro de control de la NASA, efectuaban el impulso marcado en Newton. Supuestamente, eso iba colocando a la sonda en la posición correcta para entrar en órbita el 23 de septiembre de 1999, cosa que a día de hoy sabemos que no estaba ocurriendo. En realidad, cada vez que el equipo de la NASA encendía los motores, creyendo estar operando correctamente, solo estaban desviando la nave de su destino final.

Inicialmente, la NASA había previsto que Mars Climate Orbiter orbitase Marte a 226 kilómetros de distancia de su superficie. No obstante, la sonda terminó situándose a una altitud de entre 150 y 170 km, según los datos que habían estado recibiendo. Dado que los cálculos determinaban que el mínimo estaba entre 110 y 80 km, los investigadores optaron por seguir adelante con la misión.

Pero lo que los científicos creían que eran unos 150-170 km de altura eran solamente unos 57 km. En un momento decisivo, el centro de control en la Tierra perdió la conexión con Mars Climate Orbiter, cuando daba la vuelta al planeta. Aunque no se sabe qué sucedió exactamente, los investigadores sospechan que la sonda entró en la atmósfera superior y que terminó estrellándose al suelo marciano. Dado que no se sabe a ciencia cierta qué ocurrió, también hay gente que cree que podría haberse desviado de la órbita y que, ahora, podría estar moviéndose sin un rumbo fijo por el Sistema Solar.

La NASA, pese a que la razón del fracaso de la misión se debiese a que no se pasó a la unidad que usaban, asumen enteramente la culpa, como un problema de mala gestión de la seguridad del proyecto. Según la organización, el equipo no realizó las verificaciones y controles pertinentes para cerciorarse de algo estaba fallando.

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 Hace ya 24 años, los ingenieros de la NASA se estaban preparando para colocar una de sus naves en la órbita marciana. Sin embargo, un error de comunicación tiró al traste los 125 millones de dólares que había costado la misión.  

El fracaso de la misión Mars Climate Orbiter cumple 25 años. El 23 de septiembre de 1999, tras casi 10 meses de trayecto hacia su destino, los ingenieros de la NASA trabajaban desde la Tierra en colocar la sonda en la órbita marciana. Sin embargo, todo salió mal y terminó colisionando contra la superficie del planeta rojo.

El problema se debió a un error humano, ya que uno de los proveedores del proyecto no realizó la conversión del sistema imperial a sistema métrico. Esto supuso una pérdida de 125 millones de dólares, que es lo que había costado la misión, y se convirtió en uno de los grandes fracasos de la NASA, enseñando que, incluso las verificaciones más pequeñas, aunque parezcan insignificantes, pueden ser decisivas.

Muchos rumores afirman que el fallo se debió a una equivocación en el cálculo de conversión, sin embargo, la realidad fue que parte del diseño del proyecto tuvo en cuenta el Sistema Imperial y, otra parte, el Sistema Internacional. Es esa época, la NASA ya usaba el Sistema Internacional, que es al que recurre toda la comunidad científica, sin embargo, en Estados Unidos en general se seguía empleando el Sistema Imperial, por lo que Mars Climate Orbite utilizó ambos sin saberlo.

La NASA no trabaja sola. Tiende a contar con proveedores que producen algunas piezas, componentes y otra tecnología que, posteriormente, utilizan en sus sondas. Generalmente, la agencia exigía a las empresas que convirtiesen las mediciones del Sistema Imperial al Internacional, pero Lockheed Martin optó por no hacerlo, algo que terminó saliéndole muy caro a la misión.

En concreto, Lockheed Martin se encargaba de una de las piezas de software. El fabricante operaba y enviaba los resultados de su componente en libra como unidad de fuerza, mientras que el sistema de la NASA estaba diseñado para recoger dichos datos como si se tratasen de Newton. Como en ningún momento se comunicó que no se estaba haciendo la conversión, el futuro de Mars Climate Orbiter se estaba saboteando sin saberlo desde el principio.

El sistema de Lockheed Martin calculaba el impulso que tenía que coger Mars Climate Orbiter cada vez que encendían los motores en libras. Esa información se enviaba a la Tierra y, desde el centro de control de la NASA, efectuaban el impulso marcado en Newton. Supuestamente, eso iba colocando a la sonda en la posición correcta para entrar en órbita el 23 de septiembre de 1999, cosa que a día de hoy sabemos que no estaba ocurriendo. En realidad, cada vez que el equipo de la NASA encendía los motores, creyendo estar operando correctamente, solo estaban desviando la nave de su destino final.

Concepto artístico de Mars Climate Orbiter que nunca terminó dándose en la vida real.NASA/JPL/Corby Waste

Inicialmente, la NASA había previsto que Mars Climate Orbiter orbitase Marte a 226 kilómetros de distancia de su superficie. No obstante, la sonda terminó situándose a una altitud de entre 150 y 170 km, según los datos que habían estado recibiendo. Dado que los cálculos determinaban que el mínimo estaba entre 110 y 80 km, los investigadores optaron por seguir adelante con la misión.

Pero lo que los científicos creían que eran unos 150-170 km de altura eran solamente unos 57 km. En un momento decisivo, el centro de control en la Tierra perdió la conexión con Mars Climate Orbiter, cuando daba la vuelta al planeta. Aunque no se sabe qué sucedió exactamente, los investigadores sospechan que la sonda entró en la atmósfera superior y que terminó estrellándose al suelo marciano. Dado que no se sabe a ciencia cierta qué ocurrió, también hay gente que cree que podría haberse desviado de la órbita y que, ahora, podría estar moviéndose sin un rumbo fijo por el Sistema Solar.

La NASA, pese a que la razón del fracaso de la misión se debiese a que no se pasó a la unidad que usaban, asumen enteramente la culpa, como un problema de mala gestión de la seguridad del proyecto. Según la organización, el equipo no realizó las verificaciones y controles pertinentes para cerciorarse de algo estaba fallando.

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