La Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) tuvo que maniobrar, el pasado 19 de noviembre, con «algunas acciones evasivas» para esquivar un trozo de basura espacial «potencialmente peligroso».
La nave de carga rusa Progress, acoplada a la ISS, encendió sus propulsores durante cinco minutos y medio para elevar la órbita del laboratorio y proporcionar un margen de distancia adicional, de esta manera, la Estación Espacial Internacional evitó el choque de un trozo de escombro procedente de un satélite meteorológico de defensa que se desintegró en 2015.
La NASA informó en su blog oficial que «la maniobra predeterminada para evitar escombros (PDAM, por sus siglas en inglés) se llevó a cabo en coordinación con la NASA, Roscosmos y otros socios de la Estación Espacial». Además, «sin la maniobra, los funcionarios de balística estimaron que el fragmento podría haber llegado a unos cuatro kilómetros de la Estación».
Pese a que el laboratorio orbital completó con éxito su maniobra, la Estación Espacial Internacional ha tenido que esquivar un segundo trozo de basura espacial en menos de una semana.
Esta vez, la nave robótica de carga rusa Progress 89 encendió sus propulsores, durante aproximadamente tres minutos y medio, para limpiar un trozo de basura espacial el pasado 25 de noviembre. La NASA informó en su blog oficial que «la maniobra para evitar escombros posicionó el puesto orbital más lejos de un fragmento de satélite que se acercaba a la trayectoria del vuelo de la estación», por lo tanto, el proceso de combustión elevó la órbita de la ISS.
¿Cuánta basura espacial hay en la órbita terrestre?
La órbita baja terrestre, donde se encuentra la ISS, está cada vez más concurrida. La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) publicó un informe, a finales de septiembre, en el que indicaba que hay unos 10.200 satélites activos orbitando la Tierra—la mayoría de ellos pertenecen a la megaconstelación de banda ancha Starlink de SpaceX, que actualmente consta de unos 6.700 satélites operativos—.
Por otro lado, respecto a la basura espacial, la cantidad de desechos es aún mayor. La ESA estima que en la órbita terrestre hay unos 40.500 objetos de al menos diez centímetros de ancho, 1,1 millones de piezas de entre uno y diez centímetros de diámetro, y 130 millones de objetos de al menos un milímetro de ancho. Estos fragmentos, por muy pequeños que sean, pueden ser peligrosos para los satélites o las naves tripuladas como la Estación Espacial Internacional, dadas las velocidades a las que viajan.
El laboratorio orbital ha tenido que esquivar un segundo trozo de basura espacial en menos de una semana.
La Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) tuvo que maniobrar, el pasado 19 de noviembre, con «algunas acciones evasivas» para esquivar un trozo de basura espacial «potencialmente peligroso».
La nave de carga rusa Progress, acoplada a la ISS, encendió sus propulsores durante cinco minutos y medio para elevar la órbita del laboratorio y proporcionar un margen de distancia adicional, de esta manera, la Estación Espacial Internacional evitó el choque de un trozo de escombro procedente de un satélite meteorológico de defensa que se desintegró en 2015.
La NASA informó en su blog oficial que «la maniobra predeterminada para evitar escombros (PDAM, por sus siglas en inglés) se llevó a cabo en coordinación con la NASA, Roscosmos y otros socios de la Estación Espacial». Además, «sin la maniobra, los funcionarios de balística estimaron que el fragmento podría haber llegado a unos cuatro kilómetros de la Estación».
Pese a que el laboratorio orbital completó con éxito su maniobra,la Estación Espacial Internacional ha tenido que esquivar un segundo trozo de basura espacial en menos de una semana.
Esta vez, la nave robótica de carga rusa Progress 89 encendió sus propulsores, durante aproximadamente tres minutos y medio, para limpiar un trozo de basura espacial el pasado 25 de noviembre. La NASA informó en su blog oficial que «la maniobra para evitar escombros posicionó el puesto orbital más lejos de un fragmento de satélite que se acercaba a la trayectoria del vuelo de la estación», por lo tanto, el proceso de combustión elevó la órbita de la ISS.
La órbita baja terrestre, donde se encuentra la ISS, está cada vez más concurrida. La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) publicó un informe, a finales de septiembre, en el que indicaba que hay unos 10.200 satélites activos orbitando la Tierra—la mayoría de ellos pertenecen a la megaconstelación de banda ancha Starlink de SpaceX, que actualmente consta de unos 6.700 satélites operativos—.
Por otro lado, respecto a la basura espacial, la cantidad de desechos es aún mayor. La ESA estima que en la órbita terrestre hay unos 40.500 objetos de al menos diez centímetros de ancho, 1,1 millones de piezas de entre uno y diez centímetros de diámetro, y 130 millones de objetos de al menos un milímetro de ancho. Estos fragmentos, por muy pequeños que sean, pueden ser peligrosos para los satélites o las naves tripuladas como la Estación Espacial Internacional, dadas las velocidades a las que viajan.
20MINUTOS.ES – Tecnología