La película de los 300 millones que desafía a los gigantes tecnológicos

<p>El mayor desembolso que Netflix ha hecho nunca en una película. Los directores con una de las sagas más exitosas en taquilla de la historia y dos estrellas mainstream de primer nivel. Ese es el cóctel con el que el gigante audiovisual quiere pegar el pelotazo -entenderán el juego de palabras cuando la vean-. Estado eléctrico es su gran apuesta primaveral y los hermanos Russo, dirigiendo a Millie Bobby Brown y Chris Pratt, los encargados de hacerla realidad tras un desembolso que se estima que ha ascendido a los 320 millones de dólares, algo más de 300 millones de euros.</p>

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 Los hermanos Russo se ponen al frente del gran proyecto de Netflix para este año, su producción de mayor presupuesto  

El mayor desembolso que Netflix ha hecho nunca en una película. Los directores con una de las sagas más exitosas en taquilla de la historia y dos estrellas mainstream de primer nivel. Ese es el cóctel con el que el gigante audiovisual quiere pegar el pelotazo -entenderán el juego de palabras cuando la vean-. Estado eléctrico es su gran apuesta primaveral y los hermanos Russo, dirigiendo a Millie Bobby Brown y Chris Pratt, los encargados de hacerla realidad tras un desembolso que se estima que ha ascendido a los 320 millones de dólares, algo más de 300 millones de euros.

Todo para recrear un mundo distópico que ha dejado la guerra entre robots y humanos, una élite tecnológica que controla el mundo, un ser despótico dirigiéndola y una zona de exclusión -convenientemente vallada- para acoger a los robots. ¿Les suena? «Nos llevó cinco años hacer esta película, por lo que fue creada antes de la administración actual», arranca Anthony Russo, que junto a su hermano y los dos protagonistas participó ayer en la premier europea de la película en Madrid. «Pero sí estábamos canalizando el poder que creemos que la tecnología y las personas que la crean pueden tener sobre la población y las formas en que pueden usar esa tecnología para promover sus propias agendas. Sí, estábamos canalizando la ansiedad que eso nos provoca, absolutamente», agrega.

Porque, bajo la premisa de una superproducción de acción, subyacen conflictos como el poder de las tecnológicas o la inmigración que hoy están en el centro del debate de los Estados Unidos. Más con Donald Trump en la Casa Blanca. «Creo que los problemas que están sucediendo en Estados Unidos ahora mismo están en muchos otros lugares del mundo y han estado durante cientos de años», afirma Joseph Russo, que junto a su hermano es el creador de las dos últimas entregas de la saga Vengadores -la última de ellas, Endgame, es la segunda película con más recaudación en taquilla de la historia-.

«Esta es una meditación sobre una gran cantidad de temas de actualidad vinculados entre sí: las empresas de tecnología nos manipulan para obtener ganancias financieras y controlarnos, los sistemas gubernamentales… y la familia siempre está en el centro. Porque hay un alto precio que pagar para tener nuestra libertad y separarnos de las cosas que nos han dicho que tenemos que creer», apunta el cineasta. Y, en ese punto, salta hacia «los problemas» que la tecnología ha ido dejando a su paso. «La generación que está inmersa en la tecnología tiene un montón de problemas de depresión, ansiedad e incluso adicción. La tecnología resuelve muchos problemas, pero genera muchos otros», argumenta.

Interrumpe la reflexión su hermano Anthony: «Nosotros hacemos películas desde antes de la era digital y la tecnología ha conectado también a la gente de forma significativa, y el diálogo a nivel mundial sobre el cine es mucho mayor, la comunidad está mucho más conectada que hace 30 años». Y vuelve Joseph: «El problema es que no se conectan bien. ¿Hay una conexión pura? ¿O estamos filtrados a través de una aplicación con una agenda más grande?».

Los Russo también son conscientes de que Estado eléctrico ha abierto un debate por la elevada financiación que Netflix ha metido en ella. Sin embargo, ellos se desmarcan de ese hecho «Eso no nos afecta, hacer cada película es increíble y tarde o temprano te vas a quedar sin dinero. Hay películas gigantes con mucho diseño por ordenador que cuentan historias realmente imaginativas y cuesta dinero hacerlas. Y luego hay películas más pequeñas que cuentan historias más íntimas y cuestan menos dinero. Todo lo que podemos controlar nosotros es la historia», apunta Anthony. «Diría que en la escala de películas caras que hemos hecho en los últimos quince años esta está en la parte inferior. Tampoco sentimos que la presión sea mayor, nos centramos en contar la historia que nos motiva», concluye su hermano.

Pero es que Estado eléctrico tiene todo eso que los Russo ponen encima de la mesa: efectos especiales por todas las esquinas, un nivel de producción enorme y además un reparto plagado de estrellas. Porque no son solo Millie Bobby Brown y Chris Pratt también están Stanley Tucci, Ke Huy Quan y Giancarlo Esposito. Y, por si fuera poco, las voces de los robots las ponen Brian Cox, Woody Harrelson, Colman Domingo, Jenny Slate, Billy Bob Thornton o Anthony Mackie.

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