<p>El año pasado los <strong>Latin Grammy</strong> se celebraron en Sevilla y <a href=»https://www.elmundo.es/cultura/musica/2023/11/17/65573ec9e9cf4a4c0a8b45a4.html»><strong>la música española salió apaleada</strong></a>. Un premio para Quevedo por una canción en la que era colaborador, uno para Niña Pastori en una categoría en la que solo había españoles, otro para la hispanoargentina Nathy Peluso por un videoclip, y uno para un señor llamado Marcos Vidal como autor del mejor álbum cristiano en español. Cuatro premios menores y para casa. </p>
Los artistas españoles han sumado unas pocas candidaturas en categorías menores y solo Íñigo Quintero aspira a llevarse uno de los premios importantes
El año pasado los Latin Grammy se celebraron en Sevilla y la música española salió apaleada. Un premio para Quevedo por una canción en la que era colaborador, uno para Niña Pastori en una categoría en la que solo había españoles, otro para la hispanoargentina Nathy Peluso por un videoclip, y uno para un señor llamado Marcos Vidal como autor del mejor álbum cristiano en español. Cuatro premios menores y para casa.
Este martes se ha anunciado la lista de nominados a los Latin Grammy de 2024, que tras la aventura sevillana regresan a EEUU (a Miami), y esta vez el pop español ha sido apaleado antes incluso de la ceremonia, que se celebrará el 14 de noviembre. Es literalmente imposible que uno de los nuestros salga en la foto a la mañana siguiente de la gala.
Una industria musical tan importante como la española para el mercado latino solo ha recibido unas pocas candidaturas secundarias. De hecho, la colombiana Karol G y el puertorriqueño Bad Bunny, con ocho opciones a premio cada uno, suman casi más nominaciones que toda la música española junta.
Y, no es ironía, tiene auténtico mérito tener tan poca importancia, ser tan irrelevante. Hay más de 50 categorías y los cuatro grandes premios, los de mejor disco, mejor grabación, mejor canción y mejor nuevo artista, tienen 10 candidaturas cada uno. Es decir, hay literalmente cientos de caminos posibles para llegar al Latin Grammy, o al menos de asegurarse un asiento en la gala. Vean la lista completa si no me creen.
Rozalén, C.Tangana, David Bisbal, Íñigo Quintero, Valeria Castro, Ale Acosta, Mägo De Oz, Quevedo, Diego el Cigala o Nathy Peluso son algunos de nuestros aspirantes a rascar algo este año en una velada en la que, da igual, ya sabemos que el protagonismo se lo llevarán otros artistas.
Piensen en los cuatro grandes premios, los que de verdad sirven para definir al triunfador de cada edición. ¿Cuántos españoles aspiran a ellos? Solo uno: Íñigo Quintero competirá como mejor nuevo artista. Pero, viendo la evolución de su carrera tras el pelotazo fugaz de Si no estás, quizás no parece el favorito.
Claro que quizá usted se pregunta, como persona con pensamiento crítico y resistente a las lecturas patrioteras: ¿pero la música española merece realmente más que este ninguneo? Bueno, cabe pensar que algo más sí que se esperaba teniendo en cuenta que Aitana, Lola Índigo, Dellafuente, Malú, Bad Gyal, Alizzz, Sen Senra, Saiko, Arde Bogotá o Ralphie Choo, por citar solo a unos pocos, han lanzado novedades de éxito y que han obtenido un total de cero patatero nominaciones, y que un Bisbal o un Quevedo solo tienen una y gracias.
Es cierto que en términos cuantitativos el pop español ha retrocedido en el mercado latino en los últimos años y que ya no tiene la relevancia de hace cuatro, tres o dos décadas, pero, diablos, estas candidaturas no representan la importancia de España en la música en español.
La Academia Latina de la Grabación debería reflexionar sobre su distribución de académicos, los intereses que representan y la orientación de su voto en favor de determinados géneros y territorios.
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