Seis años de ‘mañaneras’: promesas rotas, otros datos, rifas, música y una lágrima

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Por Karina Cancino

¡Ánimo! ¡Ánimo!, fue lo primero que pronunció el presidente Andrés Manuel López al acercarse al estrado que lo recibió en mil 438 conferencias matutinas, mientras saludaba a los representantes de medios de comunicación y otros invitados que lo esperaban en el Salón Tesorería del Palacio Nacional, en la Ciudad de México.

El presidente acudió a su último encuentro mediático, arropado por un abrigo largo negro, un pantalón azul con una camisa blanca y su corbata guinda, distintiva de su partido, Morena, que se fundó, primero como movimiento social el 2 de octubre de 2011 y luego en 2014 se formalizó como partido político.

Agradeció a las y los asistentes por dar cobertura a la máxima tribuna desde el 3 de diciembre de 2018, donde anunció al llegar, que sería la manera en que se comunicaría con el pueblo tras establecer “un nuevo estilo de gobernar”, basado en lo que llamó  “cercanía con la ciudadanía para rendir cuentas”.

“Agradecerles por participar en esta conferencias durante casi seis años en este diálogo circular que hoy concluye. Me da muchísimo gusto que continue este ejercicio de auténtica comunicación de mensajes de ida y vuelta”, dijo el presidente, quien recordó que “las mañaneras” seguirán con su sucesora Claudia Sheinbaum.

La “mañanera” ha sido criticada por defensores de Derechos Humanos, como el centro Prodh, Artículo 19, Reporteros Sin Fronteras, y otros que señalaron su usó como instrumento para descalificar, señalar, revictimizar y en algunos casos criminalizar a quienes reclamaban la falta de resultados o los retrocesos en temas como la libertad de expresión, la búsqueda o identificación de personas desaparecidas, atención a víctimas de delitos o de fenómenos naturales, entre otros.

Además, fue la principal palestra para enfrentar, también como líder moral de Morena, a los partidos de oposición que criticaban su gobierno. Desde ahí también fungió como defensor e impulsor de la entonces candidata presidencial, y desde mañana, primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum.

Desde esta posición, el presidente López Obrador transmitió su ideario e ideología entre sus seguidores. Además, montó mecanismos de defensa de su gobierno, como los espacios “¿Quién es quién en las mentiras?”, en el que ofrecía versiones oficiales, que no siempre correspondían con las versiones y números que otras instituciones de su gobierno hacían públicas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador aprovechó cada momento de la última “mañanera”. Destacó los logros de su gobierno, como la creación de “2 millones 400 mil nuevos empleos formales” y “22 millones 490 mil trabajadores” inscritos en el seguro social. Subrayó que el salario alcanzó promedio “17 mil 691 pesos mensuales“, y que la tasa de desempleo se situó en “2.7%”, comparándola favorablemente con países como España y Colombia.

Además, afirmó que el peso mexicano fue “la segunda moneda en el mundo que más se fortaleció” respecto al dólar durante su mandato. También pidió aplausos para las personas migrantes por los “63 mil 319 millones de dólares” que generaron estas personas que tuvieron que ir en busca de oportunidades a otro país.

La conferencia matutina también fue escenario de rifas. En 2020 se sorteó simbólicamente el avión presidencial. Nadie se llevó el avión, pero se repartieron premios en efectivo equivalentes a 2 mil millones de pesos, para deshacerse de lo que consideró “un símbolo de los excesos de administraciones anteriores“.

Para cerrar hizo otra rifa. Prometió a principios de septiembre, que sortearía uno de sus relojes, motivo de controversia, entre las 86 personas representantes de medios de comunicación e “influencers” que cubrieron la “mañanera” con mayor constancia. A la primera, sin alargar la emoción, el nombre que apareció en el papelito fue el de Luis Omar Gómez, del medio “Sin puntos ni comas TV”, que en su cuenta de X  resalta que trabaja “Informando la transformación. Denunciando la corrupción”.

El periodista ganó el reloj marca Momentum. Reloj de Campo, de la serie Atlas 38, y que en pesos se calcula costaría aproximadamente 4 mil 626 pesos, según la página oficial de la marca. El abrazo y la palmada que le dio López Obrador al periodista cuando éste recogió su premio, contrasta con los datos de las agresiones que recibió este gremio. Artículo 19 documentó en su informe sexenal sobre libertad de expresión en México que en este espacio hubo 179 agresiones contra periodistas.

Las “mañaneras” de Andrés Manuel López Obrador también estuvieron marcadas por momentos singulares y referencias a temas culturales y de interés público que generaron comentarios. Algunos de los más recordados son los temas que sonaron en el recinto, como la canción ¿Quién pompó?”, de Chicoché, para ilustrar su discurso sobre el gasto excesivo y los lujos en administraciones pasadas.

También, López Obrador aprovechaba para utilizaba frases célebres, refranes, e incluso canciones populares mexicanas para apoyar sus argumentos. Frases como “me canso ganso” y “no soy yo, es el pueblo”, se convirtieron en parte de su narrativa.

La expresión “yo tengo otros datos“, se hizo popular y fue motivo de parodias, el presidente la utilizaba cuando se le presentaban cifras o reportes que no coincidían con los números que manejaba su administración y buscaba revertir los efectos.

La conferencia diaria se convirtió en la plataforma para que López Obrador entregara reconocimientos o medallas a personajes que consideraba destacados respecto a valores cívicos y culturales. También fue a la inversa. En ese espacio el presidente recibió cuadros, cartas, dibujos o conmemoraciones que le ofrecían sus simpatizantes que se hicieron pasar por periodistas, o que acudían como invitados.

El 3 de diciembre de 2018, un día después de tomar posesión como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador dio paso a la primera “mañanera”, y centró su mensaje en establecer una lucha contra la corrupción y la impunidad. Además, anunció la creación de la Guardia Nacional.

Ese día, el presidente adelantó que estaba en proceso de formación, y que una de sus principales tareas, sería el atender la violencia e inseguridad, el combate al robo de combustible (huachicoleo) y que estaría bajo control de un mando civil.

“La Guardia Nacional estará bajo el control civil y no militar. No se utilizará a las Fuerzas Armadas para reprimir al pueblo.”

Sin embargo, este 30 de septiembre de 2024, en su última conferencia matutina, firmó la promulgación para establecer que la Guardia Nacional tendrá mando militar bajo la tutela de la Secretaría de la Defensa Nacional, (SEDENA) y desempeñará funciones de ministerio público, entre otras acciones encaminadas a militarizar la segurdad pública.

A horas de dejar la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador fue sorprendido en la conferencia matutina, con el anuncio de la presentación de una canción. Una especie de homenaje que le hicieron sus amigos. En la pantalla principal sonaron las primeras notas de “La Paloma”, música del autor Sebastián Iradier. Luego vinieron imágenes del sexenio que se va. AMLO, como le dice la gente, cumpliendo su sueño de décadas: Ser presidente.

La letra que refiere al movimiento iniciado por el presidente, sus logros y recorridos, fue realizada por Pedro Miguel, y producida por Rosino Serrano; además, la reconocida Eugenia León se sumó como productora ejecutiva. El equipo de grabación estuvo encabezado por Isaías Araujo como ingeniero de grabación y Juan Sosa en la mezcla. Eso dijo Jesús Ramírez, comunicador del gobierno, quien se encargó de llevar la sorpresa.

Las voces de Eugenia León, Mónica Meza, Alfredo Calderón, Dan Camacho, Byron Barranco y  de su esposa, la historiadora, Beatriz Gutiérrez Müller, conmovieron al presidente. Se le vio hacer pucheros, apretar las cejas, los labios y discretamente, limpiarse las lágrimas del adiós.

Luego de un mensaje, el grupo de soneros jarochos “Mono Blanco” tocó unas piezas para la prensa. Al terminar, la comitiva partió a los pasillos para develar la pintura del artista yucateco Jorge Ermilo Espinosa, que inmortalizó a López Obrador como el Ejecutivo federal número 46. El que dijo, abandonará la silla presidencial a la media noche y se irá a “La Chingada”, su rancho en Chiapas, donde va a escribir y a jubilarse de la vida pública, aunque festejó la continuidad de su legado a manos de Claudia Sheibaum, quien a partir de mañana será la primera presidenta de México.