<p>»No debemos tener ningún miedo a las palabras que nos unen y nos aproximan a tantos países y a tantas personas. <strong>Lo he dicho ya muchas veces, palabras como diálogo, como perdón, como encuentro, como fraternidad</strong> porque todas esas palabras nos acercan y mejoran nuestras vidas y todas ellas constituyen el campo semántico de la cultura». </p>
El ministro de Cultura ha defendido que la descolonización es «responsabilidad, atención, respeto y acercamiento verdadero a realidades que han sido silenciadas, vulneradas»
«No debemos tener ningún miedo a las palabras que nos unen y nos aproximan a tantos países y a tantas personas. Lo he dicho ya muchas veces, palabras como diálogo, como perdón, como encuentro, como fraternidad porque todas esas palabras nos acercan y mejoran nuestras vidas y todas ellas constituyen el campo semántico de la cultura».
Ese es un extracto exacto del discurso que el ministro, Ernest Urtasun, ha pronunciado este martes en el Museo Arqueológico Nacional ante una delegación de representantes del Gobierno mexicano con motivo de la exposición La mitad del mundo. La mujer en el México indígena. Después de una larga introducción, con esas palabras, el titular de Cultura, que no ha admitido preguntas de la prensa, ha llamado a pedir «perdón» a México por la etapa de la conquista colonial antes de ahondar nuevamente en la necesidad de descolonizar los museos que desde su llegada al ministerio ha fijado como política central del mismo.
Ya el pasado 31 de octubre, aprovechando la inauguración de la misma exposición en el Instituto Cervantes -la muestra tiene cuatro sedes la Casa de México en España, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Arqueológico Nacional, y el Instituto Cervantes-, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que ha habido «dolor e injusticia hacia los pueblos originarios» del país, que eso es parte de la «historia compartida» que no puede negarse ni olvidarse.
Este martes, Urtasun ha seguido esa línea y, por primera vez, ha usado la palabra «perdón» tal y como solicitó la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, al afirmar que su Gobierno sigue esperando que España le pida disculpas por la etapa colonial. El ministro ha señalado que precisamente la cultura «es ese terreno fértil donde siempre se anuncian los cambios y las transformaciones» justo después de hacer referencia a ese punto del perdón.
El siguiente punto que ha abordado el ministro de Cultura, tras apuntar que esta exposición sitúa en el centro de la conversación dos aspectos de singular trascendencia: las culturas originarias y el papel de las mujeres», ha sido el del proceso de descolonización que el Ministerio ya anunció que se aplicaría a partir de este mismo mes las propuestas museográficas del Museo de América y del de Antropología el pasado 19 de noviembre.
Urtasun ha defendido que la descolonización supone recuperar a culturas cuya voz se ha visto opacada y desoída» por «sistemas políticos y sociales basados en relaciones de poder». Primero ha citado «a las mujeres frente a los hombres». Y, después, «a las comunidades indígenas frente a otras culturas dominantes o hegemónicas»
«Hablar de descolonización de discursos, relatos históricos y museográficos tiene que ver justamente con esa tarea, la de la responsabilidad, la atención, el respeto y el acercamiento verdadero a realidades que han sido silenciadas, vulneradas o directamente ignoradas durante demasiado tiempo», ha ahondado el ministro, que ha agregado que esa es «una función» que les corresponde a «las instituciones culturales» y también al ministerio que él dirige.
El ministro ha remarcado que las nuevas museografías de los museos de Antropología y de América «permiten continuar ahondando en un diálogo y un acercamiento ya inmediato» y que, por ese motivo, la exposición La mitad del mundo. La mujer en el México indígena «es algo más que una recopilación material». «Es en sí misma un acto de reconocimiento con el que devolvemos a culturas, saberes e identidades injustamente relegadas su lugar de centralidad, un reconocimiento profundo, verdadero, que no evita señalar responsabilidades en las distintas desigualdades que se han producido», ha concluido Urtasun.
Cultura
