<p>Entre todos los tipos de definición que también son definiciones de la propia definición (lexicológica, intencional, extensiva, estipulativa, ostensiva…), hay una a la que no se le presta la atención adecuada porque en realidad no es tal. Si concluimos que se puede definir algo simplemente señalando no lo que es, sino lo que no es, estamos ante una definición negativa. Pues bien, ‘<i>Volveréis</i>’ no es solo una película que plantea acercarse al amor desde el momento en el que acaba, sino que ella misma es <strong>una comedia romántica empeñada en discutir con la larga tradición de comedias románticas. </strong>No es que las niegue, pero como hace Stanley Cavel en ‘<i>La búsqueda de la felicidad: la comedia de enredo matrimonial en Hollywood'</i>, las revisa, las acota, las discute, hace el amor con ellas y, llegado el caso, se separa de ellas. No es que las niegue, decíamos, pero casi.</p>
Jonás Trueba, escoltado por Itsaso Arana y Vito Sanz, acierta a diseccionar con una precisión transparente los rigores de la pasión amorosa cuando se desvanece
Entre todos los tipos de definición que también son definiciones de la propia definición (lexicológica, intencional, extensiva, estipulativa, ostensiva…), hay una a la que no se le presta la atención adecuada porque en realidad no es tal. Si concluimos que se puede definir algo simplemente señalando no lo que es, sino lo que no es, estamos ante una definición negativa. Pues bien, ‘Volveréis’ no es solo una película que plantea acercarse al amor desde el momento en el que acaba, sino que ella misma es una comedia romántica empeñada en discutir con la larga tradición de comedias románticas. No es que las niegue, pero como hace Stanley Cavel en ‘La búsqueda de la felicidad: la comedia de enredo matrimonial en Hollywood’, las revisa, las acota, las discute, hace el amor con ellas y, llegado el caso, se separa de ellas. No es que las niegue, decíamos, pero casi.
La película, en efecto, cuenta la historia de una pareja que decide separarse. Triste sin duda. Pero en verdad la decisión es celebrar que se separan. Y esto ya no es tan triste. Tras 20 años juntos, los personajes que interpretan Itsaso Arana y Vito Sanz (que también firman junto al director como guionistas) anuncian que se acabó. Y lo hacen con música, canapés y reencuentro generalizado. Se trata de explotar la paradoja de una comedia en mitad de un duelo, de una definición que se niega. No es la primera vez que el director de ‘Quién lo impide’ toma una ocurrencia hasta cierto punto irrelevante, extraña y cotidiana, y se enfrenta al reto de mantenerla en pie durante todo lo que dura una película entera.
La película avanza por la pantalla como ya no lo hacen las películas. O muy pocas de ellas. Solo las mejores, las más conscientes de sí. De forma tan delicada como profunda, tan divertida como grave, ‘Volveréis‘ se antoja un raro milagro de poética de lo cotidiano, de transcendencia al alcance de la mano, de erotismo (sí, casi voluptuoso) de lo más común. Es pura matemática, pero del sentimiento. O, si se prefiera, es melodrama desproporcionado y fuera de sí, pero de precisión. Es, ya se ha dicho, gloriosa contradicción o definición negativa que se niega a sí misma o cine para la resistencia. Y así.
El viaje que el director ha ido completando en sus últimos trabajos desde quizá ‘La virgen de agosto’ a aquí, pasando por la citada ‘Quién lo impide’ y ‘Tenéis que venir a verla’, alcanza ahora su momento más brillante, casi deslumbrante, más calmado, casi sonámbulo, más inmenso, casi diminuto. Toda la película vive en la certeza de unos gestos que se saben a la vez eufóricos y perfectamente tristes. Y es en esa paradoja feliz en la que se queda a vivir ‘Volveréis’ con una claridad a la vez jovial y muy honda, casi casi (dos veces casi) insondable. Todo un prodigio de geometría emocional.
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Dirección: Jonás Trueba. Intérpretes: Itsaso Arana, Vito Sanz, Fernando Trueba, Jon Viar, Andrés Gertrudix. Duración: 114 minutos. Nacionalidad: España.
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