‘Wolfs’, George Clooney y Brad Pitt se estrellan contra su carisma (**)

<p><strong>George Clooney</strong> y <strong>Brad Pitt</strong> son dos actores, pero, sobre todo, son dos modos de enseñar los dientes. Sonríen y se va la luz. O quizá habría que puntualizar y colocar la frase en pasado: se iba la luz. Sea como sea, ellos están convencidos de que molan. Lo que probablemente sea verdad. <strong>Son guapos, famosos, listos, ricos, talentosos, graciosos y, además, son amigos</strong>. No amigos de sus amigos, como se suele decir cuando no se sabe qué decir, sino amigos entre ellos. Y no solo eso, sino que les gusta demostrarlo. Tiempo atrás, cuando el pasado era presente, protagonizaron juntos tres entregas de la saga <i>Ocean </i>y los Coen les ficharon en dúo para la delirante y genial Quemar antes de leer. Digamos que ya era hora de comprobar cuánto de lo pasado es aún presente. Y eso es básicamente <i><strong>Wolfs</strong></i>, la prueba del algodón para confirmar si el carisma dura.</p>

Seguir leyendo

 Los populares actores se exhiben sin pudor y sin sentido de la medida en ‘Wolfs’, una comedia sin ideas firmada por el director de ‘Spiderman’  

George Clooney y Brad Pitt son dos actores, pero, sobre todo, son dos modos de enseñar los dientes. Sonríen y se va la luz. O quizá habría que puntualizar y colocar la frase en pasado: se iba la luz. Sea como sea, ellos están convencidos de que molan. Lo que probablemente sea verdad. Son guapos, famosos, listos, ricos, talentosos, graciosos y, además, son amigos. No amigos de sus amigos, como se suele decir cuando no se sabe qué decir, sino amigos entre ellos. Y no solo eso, sino que les gusta demostrarlo. Tiempo atrás, cuando el pasado era presente, protagonizaron juntos tres entregas de la saga Ocean y los Coen les ficharon en dúo para la delirante y genial Quemar antes de leer. Digamos que ya era hora de comprobar cuánto de lo pasado es aún presente. Y eso es básicamente Wolfs, la prueba del algodón para confirmar si el carisma dura.

De hecho, no es tanto una película sobre nada como sobre ellos mismos. Es decir, aquello de McLuhan de que el medio es el mensaje aquí alcanza un nivel de desfachatez bastante interesante. Se cuenta la historia de dos solucionadores de problemas en la tradición del ínclito señor Lobo de Pulp Fiction. Los dos son llamados para deshacerse del cuerpo de un joven supuestamente prostituto que ha aparecido supuestamente muerto en la cama de una mujer supuestamente inocente. Y ahí que acude la pareja y supuestamente estrellas. Por supuesto, todo sale mal y… ¡jo, qué noche!

Jon Watts, antes director de la trilogía de Spiderman de Tom Holland, se enfrenta a la muy difícil misión de confeccionar una película donde sus dos intérpretes principales trabajan durante todo lo que dura el metraje con un ojo guiñado. Y entiéndase esto no solo en sentido figurado, lógicamente, sino también un poco literal. En verdad, lo que hacen uno y otro, Clooney y Pitt es medio actuar, medio hacer de sí mismos y medio llevárselo crudo porque, qué narices, son ricos, famosos y colegas. Tal es así que en la comparecencia ante la prensa, el primero de ellos tuvo que salir al cruce y desmentir las cifras astronómicas que el New York Times publicó recientemente sobre lo que habían ganado. No es tanto. Ni tan poco, le faltó por decir.

En verdad, si por algo se distingue Wolfs es por ser un catálogo perfecto de intenciones. Que no tanto de resultados. Toda ella está estructurada de manera meticulosa para alternar los momentos más o menos graciosos con los instantes de frenesí. El problema es que todo resulta tan predecible y está resuelto con tan poca tensión que o eres fan y lo perdonas todo, o no lo eres y te pasas la película pensando en otra cosa. De hecho, en la rueda de prensa, además de presumir de ganar poco, se habló bastante de la decisión de Apple TV+, la productora, de no estrenar la película en cines sino solo en la plataforma. Clooney dijo sentirse decepcionado, pero, visto lo visto, a lo mejor hay alguien en la casa de la manzana al que le gusta el cine.

Sea como sea, lo que es innegable es que Clooney y Pitt arrasaron. Fue poner el pie en el Lido y ya no había cámaras para nadie más. Y no solo por el modo como sonríen (que, hay que reconocerlo, es bueno) sino por su compromiso. Ésa es otra cualidad a sumar a las mencionadas antes. Recuérdese que Clooney fue el primero en pedir a Joe Biden que se retirara y que lo hizo por escrito en el New York Times de antes. Y se le preguntó. Y respondió: «Nunca he tenido que responder a esa pregunta, así que supongo que lo haré aquí». Aplausos. «La persona que debería ser aplaudida es el presidente que hizo lo más desinteresado que nadie haya hecho desde George Washington… Es muy difícil renunciar al poder… Así que estoy muy orgulloso de la situación actual y creo que todos estamos muy entusiasmados con el futuro». Queda claro.

A la espera de Wolfs 33 y un tercio, queda la certeza de que no hay nada como las buddy movies de toda la vida para caer en la cuenta de que quizá lo que ya no tenga más sentido es el propio género de dos tipos majos, ricos y famosos riéndose las gracias uno a otro.

 Cultura

Recomendación