Las obras de la megaciudad The Line de Arabia Suadí continúan para unir el desierto con el golfo de Áqaba y, en un principio, se espera que la primera fase del proyecto esté terminada en 2030. Sin embargo, a mediados de abril, salió a la luz que dicha construcción sufrió un recorte de presupuesto porque los inversores rebajaron determinadas previsiones, como los ciudadanos que habitarán la ciudad y los kilómetros prometidos del proyecto.
Pese a estos recortes que afectan principalmente a la posible población que puede vivir en The Line, pasando de una población de 1,5 millones de personas a unas 300.000, ya hay varias personas que están viviendo en dicha megaconstrucción. Concretamente, la vlogger Jessica Herman ha compartido en TikTok cómo es la vida en Neom y, como se puede observar en el vídeo de abajo, muestra calles construidas, casas prefabricadas, restaurantes en los que ya se pueden comer y entornos con poca vegetación.
A este vídeo compartido en la red social X (antes Twitter) le han llovido las críticas. Algunas de las respuestas son: «No se parece en nada a un lugar en el que alguien en su sano juicio quisiera vivir el resto de su vida», «¿qué sentido tiene esta extraña comunidad si ni siquiera pasas el rato con gente?», «me sentí como si estuviera viendo un video de una colonia en Marte», “¿se supone que esto convencerá a la gente de ir a trabajar al desierto en una colonia penal?», «esto no es la flexión que ella parece pensar que es», o «esto es cosa de pesadillas».
Surgen más contratiempos en la construcción
Aparte de los recortes en población y kilómetros, The Line se ha quedado sin su planta desalinizadora que prometía abastecer el 30% de las necesidades de agua previstas, aunque, por si fuera poco, otro contratiempo pone en peligro que la megaciudad esté lista para dentro de seis años.
Según el diario ShippingWatch, el acuerdo de diez mil millones de dólares con la empresa de transporte danesa DSV se retrasó por la falta de aprobaciones regulatorias, teniendo en cuenta que dicha entidad mencionada sigue esperando que Arabia Saudí y Egipto den luz verde al desarrollo del transporte en la megaciudad. No obstante, una persona asociada con el Gobierno habló con BBC y le dijo al medio que estas aprobaciones «se basan en múltiples factores», añadiendo que «no hay duda de que habrá una recalibración». Asimismo, personas familiarizadas con el proyecto apuntan al mismo diario que «los desarrolladores se centran en completar 2,7 kilómetros de la ciudad lineal para 2030».
Una megaciudad muy cara de construir
El Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés) se encarga de financiar la megaciudad de Arabia Saudí. En un principio, el coste oficial para construir Neom eran 500.000 millones de dólares, pero los analistas consideran que la construcción completa cuesta más de dos billones de dólares.
Al final, el elevado coste del proyecto provoca que los arquitectos e ingenieros tengan que reducir las previsiones y revaluar la propuesta. Además, el recorte en el número de habitantes y kilómetros supone un frenazo en la construcción de las infraestructuras necesarias.
Se espera que la primera fase del proyecto esté terminada en 2030, no obstante, algunos influencers ya están viviendo en la megaciudad y muestran en TikTok cómo son las calles.
Las obras de la megaciudad The Line de Arabia Suadí continúan para unir el desierto con el golfo de Áqaba y, en un principio, se espera que la primera fase del proyecto esté terminada en 2030. Sin embargo, a mediados de abril, salió a la luz que dicha construcción sufrió un recorte de presupuesto porque los inversores rebajaron determinadas previsiones, como los ciudadanos que habitarán la ciudad y los kilómetros prometidos del proyecto.
Pese a estos recortes que afectan principalmente a la posible población que puede vivir en The Line, pasando de una población de 1,5 millones de personas a unas 300.000, ya hay varias personas que están viviendo en dicha megaconstrucción. Concretamente, la vlogger Jessica Herman ha compartido en TikTok cómo es la vida en Neom y, como se puede observar en el vídeo de abajo, muestra calles construidas, casas prefabricadas, restaurantes en los que ya se pueden comer y entornos con poca vegetación.
A este vídeo compartido en la red social X (antes Twitter) le han llovido las críticas. Algunas de las respuestas son: «No se parece en nada a un lugar en el que alguien en su sano juicio quisiera vivir el resto de su vida», «¿qué sentido tiene esta extraña comunidad si ni siquiera pasas el rato con gente?», «me sentí como si estuviera viendo un video de una colonia en Marte», “¿se supone que esto convencerá a la gente de ir a trabajar al desierto en una colonia penal?», «esto no es la flexión que ella parece pensar que es», o «esto es cosa de pesadillas».
Surgen más contratiempos en la construcción
Aparte de los recortes en población y kilómetros, The Line se ha quedado sin su planta desalinizadora que prometía abastecer el 30% de las necesidades de agua previstas, aunque, por si fuera poco, otro contratiempo pone en peligro que la megaciudad esté lista para dentro de seis años.
Según el diario ShippingWatch, el acuerdo de diez mil millones de dólares con la empresa de transporte danesa DSV se retrasó por la falta de aprobaciones regulatorias, teniendo en cuenta que dicha entidad mencionada sigue esperando que Arabia Saudí y Egipto den luz verde al desarrollo del transporte en la megaciudad. No obstante, una persona asociada con el Gobierno habló con BBC y le dijo al medio que estas aprobaciones «se basan en múltiples factores», añadiendo que «no hay duda de que habrá una recalibración». Asimismo, personas familiarizadas con el proyecto apuntan al mismo diario que «los desarrolladores se centran en completar 2,7 kilómetros de la ciudad lineal para 2030».
Una megaciudad muy cara de construir
El Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés) se encarga de financiar la megaciudad de Arabia Saudí. En un principio, el coste oficial para construir Neom eran 500.000 millones de dólares, pero los analistas consideran que la construcción completa cuesta más de dos billones de dólares.
Al final, el elevado coste del proyecto provoca que los arquitectos e ingenieros tengan que reducir las previsiones y revaluar la propuesta. Además, el recorte en el número de habitantes y kilómetros supone un frenazo en la construcción de las infraestructuras necesarias.
20MINUTOS.ES – Tecnología